Linea de Tiempo
El Mundo de Leonardo da Vinci
Índice de Obras y Estudios
1452 – Nacimiento en Vinci
c. 1466 – Aprendizaje con Verrocchio (Florencia)
c. 1472 – La Anunciación (Primera obra importante)
c. 1475 – Ginevra de’ Benci (Retrato)
c. 1482 – Traslado a Milán (Al servicio de Ludovico Sforza)
c. 1483-86 – Virgen de las Rocas (Primera versión)
c. 1489-90 – La dama del armiño
c. 1490 – Hombre de Vitruvio (Estudio de proporciones)
c. 1490s – Estudios Anatómicos (Cráneo, músculos)
c. 1490s – Diseños de Máquinas (Tornillo aéreo, carro de combate)
1495-98 – La Última Cena (Santa Maria delle Grazie)
c. 1499 – Salida de Milán tras invasión francesa
c. 1500 – Regreso a Florencia
c. 1502 – Ingeniero militar para César Borgia
c. 1503 – Inicio de la Mona Lisa (La Gioconda)
c. 1503-04 – Cartón de Santa Ana, la Virgen y el Niño
c. 1504-05 – La batalla de Anghiari (Mural perdido)
c. 1508 – Segundo periodo en Milán
c. 1510 – Estudios avanzados de anatomía (Corazón, embrión)
c. 1513 – Traslado a Roma
c. 1515 – San Juan Bautista
c. 1516 – Invitación a Francia por Francisco I
1519 – Muerte en Amboise (Francia) Adentrarse en el Mundo de Leonardo da Vinci es sumergirse en una era de florecimiento artístico, científico y tecnológico sin precedentes. Conocido universalmente como uno de los más grandes polímatas de la historia, Leonardo fue pintor, escultor, arquitecto, músico, ingeniero, inventor, anatomista, geólogo, cartógrafo, botánico y escritor. Su curiosidad insaciable y su intelecto prodigioso dejaron una huella indeleble en numerosos campos del conocimiento. Para comprender verdaderamente la magnitud de su legado, es esencial seguir la línea de tiempo de Leonardo da Vinci, trazando su camino desde un pequeño pueblo de la Toscana hasta las cortes más influyentes de Europa. Este índice cronológico de sus obras y estudios más significativos nos permite visualizar la evolución de su pensamiento, la interconexión de sus disciplinas y los hitos que definieron su extraordinaria carrera. Acompáñenos en este recorrido temporal a través de la vida del maestro del Renacimiento.
Los Primeros Años: Forjando al Artista (1452 – c. 1482)
El viaje de Leonardo comenzó humildemente, sentando las bases para los logros futuros que marcarían para siempre la historia del arte y la ciencia.
1452 – Nacimiento en Vinci: Leonardo di ser Piero nació el 15 de abril en Vinci, un pequeño pueblo cerca de Florencia, Toscana. Hijo ilegítimo de ser Piero da Vinci, un rico notario florentino, y Caterina, una campesina. Creció en la casa de su padre, donde recibió una educación básica. Desde muy joven, mostró un talento excepcional para el dibujo y la observación de la naturaleza.
c. 1466 – Aprendizaje con Verrocchio (Florencia): A los catorce años, el joven Leonardo se trasladó a Florencia y entró como aprendiz en el prestigioso taller de Andrea del Verrocchio. Este taller no solo enseñaba pintura y escultura, sino también metalurgia, mecánica, carpintería y otras artes manuales. Esta formación ecléctica fue fundamental para el desarrollo multidisciplinar de Leonardo. Trabajó junto a futuros maestros como Sandro Botticelli, Perugino y Lorenzo di Credi, absorbiendo las técnicas y el espíritu competitivo del Renacimiento florentino.
c. 1472 – La Anunciación (Primera obra importante): Aunque los primeros trabajos atribuidos a Leonardo suelen ser colaboraciones en el taller de Verrocchio, La Anunciación, conservada en la Galería Uffizi, es ampliamente considerada como su primera obra independiente importante. En esta pintura, ya se aprecian elementos del estilo que definiría a Leonardo, como el sfumato en el paisaje distante y la minuciosa representación botánica, aunque presenta algunas particularidades de perspectiva que algunos académicos atribuyen a una fase inicial de experimentación.
c. 1475 – Ginevra de’ Benci (Retrato): Realizado probablemente para celebrar el matrimonio o el compromiso de la joven noble florentina, Ginevra de’ Benci es uno de los primeros retratos psicológicos del Renacimiento. Leonardo rompió con las convenciones al representar a la modelo en una pose ligeramente girada, sugiriendo una profundidad emocional. La precisión con la que representó la textura de la piel y los cabellos, así como el enigmático paisaje que asoma detrás de ella, son característicos de su enfoque innovador. La técnica de las pinceladas casi invisibles ya está en desarrollo aquí.
Durante estos primeros años en Florencia, Leonardo absorbió la vibrante atmósfera artística e intelectual, perfeccionó sus habilidades técnicas y comenzó a desarrollar su enfoque único, que combinaba una observación científica meticulosa con una expresión artística sublime. Sin embargo, sentía que su ambición y curiosidad excedían las oportunidades que Florencia le ofrecía en ese momento.
El Periodo Milanés: Ingeniero y Maestro (c. 1482 – c. 1499)
El traslado a Milán bajo el mecenazgo de Ludovico Sforza, el duque de Milán, marcó un punto de inflexión crucial en la carrera de Leonardo. Allí, su papel se amplió drásticamente, permitiéndole explorar sus talentos como ingeniero, diseñador y organizador de espectáculos, además de continuar su labor como artista.
c. 1482 – Traslado a Milán (Al servicio de Ludovico Sforza): Leonardo escribió una famosa carta a Ludovico Sforza, ofreciendo sus servicios no solo como artista, sino destacando sus habilidades en ingeniería militar, diseño de máquinas, arquitectura y la organización de festivales. Ludovico lo contrató, iniciando casi dos décadas de trabajo para la corte milanesa. Este traslado representó un cambio del mundo artístico competitivo de Florencia a un entorno cortesano que valoraba tanto las artes como las habilidades técnicas y militares.
c. 1483-86 – Virgen de las Rocas (Primera versión): Esta es una de las obras maestras del periodo milanés de Leonardo. La Virgen de las Rocas presenta una composición piramidal innovadora y un uso magistral del sfumato para crear atmósfera y profundidad, especialmente en la gruta y el paisaje rocoso que da nombre a la obra. Existe una segunda versión posterior (ahora en Londres), lo que ha llevado a mucho debate académico sobre el orden y la colaboración. La interacción suave y emocional entre las figuras (la Virgen María, el Niño Jesús, Juan el Bautista niño y el ángel Uriel) es característica del humanismo renacentista.
c. 1489-90 – La dama del armiño: Este exquisito retrato, que representa a Cecilia Gallerani, la joven amante de Ludovico Sforza, es otro hito del periodo milanés. El realismo psicológico capturado en el rostro de Cecilia y la vivacidad del armiño (un animal que también simbolizaba a Ludovico, cuyo apodo era ‘el armiño blanco’) demuestran la maestría de Leonardo en la pintura de retratos. La torsión del cuerpo y la dirección de la mirada de Cecilia crean una sensación de movimiento y dinamismo, rompiendo con la rigidez de muchos retratos contemporáneos.
c. 1490 – Hombre de Vitruvio (Estudio de proporciones): Aunque no es una pintura en el sentido tradicional, el dibujo y las notas asociadas del Hombre de Vitruvio son quizás uno de los trabajos más icónicos de Leonardo y representan perfectamente su interés en la intersección del arte y la ciencia. Este estudio, basado en los escritos del arquitecto romano Vitruvio, explora las proporciones ideales del cuerpo humano inscrito en un círculo y un cuadrado, simbolizando la relación del hombre con el cosmos y la naturaleza. Es un testimonio de la visión humanista de Leonardo y su convicción de que las matemáticas subyacen a la belleza y el orden natural.
c. 1490s – Estudios Anatómicos (Cráneo, músculos): Impulsado por su creencia de que la comprensión profunda del cuerpo era esencial para la pintura y la escultura, Leonardo llevó a cabo numerosas disecciones ilegales para estudiar la anatomía humana y animal. Durante este período en Milán y en años posteriores, produjo cuadernos repletos de dibujos anatómicos increíblemente detallados de huesos, músculos, órganos y sistemas circulatorios y nerviosos. Sus estudios del cráneo y la musculatura, por ejemplo, revelan una precisión que se adelantó siglos a su tiempo. Estos trabajos son fundamentales para comprender el rigor científico que aplicaba a todas sus búsquedas.
c. 1490s – Diseños de Máquinas (Tornillo aéreo, carro de combate): Al servicio de un mecenas interesado en la ingeniería militar, Leonardo aplicó su ingenio para diseñar una multitud de máquinas, muchas de ellas sorprendentemente avanzadas para su época. Sus cuadernos contienen bocetos y descripciones de dispositivos como un tornillo aéreo (precursor del helicóptero), un carro de combate blindado (un tanque primitivo), máquinas voladoras basadas en la observación de pájaros, sistemas hidráulicos complejos y máquinas herramienta. Aunque muchos de estos diseños nunca fueron construidos en su tiempo, demuestran su profunda comprensión de la mecánica y su visión inventiva.
1495-98 – La Última Cena (Santa Maria delle Grazie): Culminando su periodo milanés como pintor, Leonardo realizó la monumental La Última Cena en el refectorio del convento de Santa Maria delle Grazie. En lugar de usar la técnica tradicional del fresco (que requería pintar rápidamente sobre yeso húmedo), experimentó con un método al óleo y témpera sobre una preparación seca para tener más tiempo de trabajo, lo que lamentablemente llevó a su deterioro temprano. Sin embargo, a pesar de los problemas de conservación, esta obra maestra es celebrada por su dramática representación de la reacción de los apóstoles ante el anuncio de la traición de Cristo, la composición magistral que sitúa a Jesús en el punto focal y la profunda exploración psicológica de cada figura. Revolucionó la pintura mural y se convirtió en una de las imágenes más reconocidas del mundo.
c. 1499 – Salida de Milán tras invasión francesa: El gobierno de Ludovico Sforza colapsó cuando las fuerzas francesas invadieron Milán. Como protegido del duque, Leonardo tuvo que huir, dejando inconcluso un monumental monumento ecuestre en bronce a Francesco Sforza, el padre de Ludovico (el modelo de arcilla a escala gigante fue destruido por las tropas francesas). Este evento marcó el fin de una etapa muy productiva y el comienzo de un período de itinerancia.
Este periodo milanés consolidó la reputación de Leonardo como un genio multifacético, combinando la gracia artística con la proeza ingenieril y la búsqueda incansable de conocimiento científico.
Regreso a Florencia e Itinerancia (c. 1500 – c. 1516)
Tras su salida forzosa de Milán, Leonardo se vio obligado a buscar nuevos mecenas, lo que lo llevó a viajar por varias partes de Italia. Este periodo vio el inicio de algunas de sus obras más icónicas y la continuación de sus intensos estudios.
c. 1500 – Regreso a Florencia: Después de una breve estancia en Mantua (donde dibujó el famoso cartón de Isabella d’Este) y Venecia (donde ofreció asesoramiento sobre defensa militar), Leonardo regresó a su Florencia natal. La ciudad había cambiado desde que se fue, con una nueva generación de artistas ascendiendo, como el joven Michelangelo y Raphael.
c. 1502 – Ingeniero militar para César Borgia: En busca de empleo, Leonardo se unió brevemente al séquito de César Borgia, hijo del Papa Alejandro VI y un astuto comandante militar que intentaba forjar un estado en el centro de Italia. Leonardo viajó por los territorios controlados por Borgia como ingeniero y arquitecto militar, diseñando mapas detallados, fortalezas y maquinaria de guerra. Esta experiencia agudizó aún más su comprensión de la topografía y la logística.
c. 1503 – Inicio de la Mona Lisa (La Gioconda): A su regreso a Florencia, Leonardo comenzó a trabajar en lo que se convertiría en su pintura más famosa: el retrato de Lisa del Giocondo, esposa del rico mercader de seda florentino Francesco del Giocondo. Se dice que trabajó en este cuadro intermitentemente durante varios años, llevándolo consigo a Francia. El enigmático paisaje, la sutileza del sfumato y la famosa y esquiva sonrisa la han convertido en un ícono cultural. Es una obra maestra en la exploración de la psique y la presencia humana.
c. 1503-04 – Cartón de Santa Ana, la Virgen y el Niño: Realizó un gran dibujo preparatorio (cartón) para una posible pintura, representando a Santa Ana (madre de María), la Virgen María, el Niño Jesús y Juan el Bautista niño. Este trabajo es notable por su compleja composición y el suave sfumato, y existe en al menos dos versiones (una en la National Gallery de Londres y otra en el Louvre, la base para la pintura posterior).
c. 1504-05 – La batalla de Anghiari (Mural perdido): Leonardo fue encargado de pintar un gran fresco (técnicamente una pintura mural) en el Salón de los Quinientos del Palazzo Vecchio de Florencia, para conmemorar la Batalla de Anghiari de 1440. Trabajando al mismo tiempo y en la misma sala que Michelangelo, quien pintaría la Batalla de Cascina, esta comisión puso a prueba la rivalidad artística de la época. Leonardo experimentó con nuevas técnicas para aplicar los pigmentos a la pared, similar a su intento con La Última Cena, pero fracasó catastróficamente, y la mayor parte de la pintura se perdió poco después de completarse, quedando solo copias de partes (especialmente del dramático choque central conocido como ‘La Lucha por el Estandarte’) realizadas por otros artistas.
c. 1508 – Segundo periodo en Milán: Tras años de inestabilidad, Leonardo aceptó una invitación para regresar a Milán, esta vez bajo el control francés. Sirvió como ingeniero y pintor para el gobernador francés de Milán y luego directamente para el rey francés Luis XII. Aunque produjo menos pinturas en este periodo, continuó con sus estudios científicos y técnicos.
c. 1510 – Estudios avanzados de anatomía (Corazón, embrión): Impulsado por su insaciable curiosidad, Leonardo intensificó sus estudios anatómicos en colaboración con médicos y anatomistas en Milán. Sus dibujos de esta época sobre el corazón, el sistema circulatorio, los órganos reproductores y el embrión dentro del útero materno son de una precisión y un detalle asombrosos, a menudo superiores a los textos médicos contemporáneos. Estos cuadernos revelan una comprensión profunda y revolucionaria de la fisiología humana.
En estos años de la segunda fase de su carrera en Italia, Leonardo dividió su tiempo entre las comisiones artísticas de alto perfil y la intensa investigación científica, cimentando su reputación tanto como artista como pensador visionario.
Los Últimos Años en Francia (c. 1516 – 1519)
La última etapa de la vida de Leonardo se desarrolló en Francia, bajo la protección de un mecenas real que lo veneraba no solo por su arte, sino por su intelecto.
c. 1513 – Traslado a Roma: Leonardo pasó un breve periodo en Roma bajo el patronazgo del Papa León X, de la familia Médici. Trabajó y vivió en el Belvedere del Vaticano, aunque este periodo parece haber sido menos productivo artísticamente y científicamente que los anteriores. Coincidió en la ciudad con Raphael y Michelangelo, aunque aparentemente hubo poca interacción directa.
c. 1515 – San Juan Bautista: Se cree que Leonardo completó esta enigmática pintura, o al menos trabajó en ella, durante sus años finales. La figura de San Juan Bautista, emergiendo de la oscuridad con una sonrisa característica de Leonardo y un dedo apuntando hacia arriba (un gesto recurrente en su iconografía, quizás señalando la importancia divina o la naturaleza del conocimiento), está ejecutada con un sfumato casi perfecto, creando una suavidad inigualable. Es una de sus últimas pinturas terminadas.
c. 1516 – Invitación a Francia por Francisco I: Impresionado por el genio de Leonardo y su conocimiento en diversas materias, el joven rey Francisco I de Francia invitó a Leonardo a trasladarse a su corte. Le ofreció una residencia en el Château de Clos Lucé, cerca del castillo real de Amboise, concediéndole el título de «Primer pintor, arquitecto e ingeniero del Rey». Aunque su producción artística y científica activa había disminuido, el rey lo consultaba en una variedad de temas y valoraba profundamente su sabiduría y creatividad.
1519 – Muerte en Amboise (Francia): Leonardo da Vinci falleció en Clos Lucé el 2 de mayo de 1519 a la edad de 67 años. Según la tradición (inmortalizada en una pintura romántica de Ingres), murió en los brazos del rey Francisco I, aunque es más probable que falleciera rodeado de sus seguidores, incluido su pupilo Francesco Melzi, a quien legó sus cuadernos y papeles. Sus restos fueron enterrados en la colegiata de Saint-Florentin en Amboise, aunque la ubicación exacta de su tumba se ha perdido debido a los daños durante las Guerras de Religión Francesas.
Los últimos años de Leonardo, aunque marcados por una salud decreciente y menos producción tangible de arte o ciencia, fueron un tiempo de honor y reconocimiento por parte de uno de los monarcas más cultos de Europa, culminando una vida dedicada incansablemente a la observación, el descubrimiento y la creación.
El Legado del Polímata a Través del Tiempo
La línea de tiempo de Leonardo da Vinci revela un patrón constante de exploración, innovación y una negativa a conformarse con los límites de cualquier disciplina única. Sus obras de arte, desde la enigmática sonrisa de la Mona Lisa hasta la conmoción dramática de La Última Cena, han redefinido la pintura occidental. Sus estudios anatómicos no fueron solo preparaciones para el arte, sino contribuciones científicas de gran importancia. Sus diseños de máquinas anticiparon la tecnología siglos antes de que pudiera materializarse.
Aunque muchos de sus cuadernos de notas y dibujos permanecieron inéditos hasta siglos después de su muerte, eventualmente salieron a la luz, revelando la profundidad y amplitud de su genio. La historia de Leonardo da Vinci es la de un hombre que no solo vio el mundo, sino que intentó comprenderlo en su totalidad, uniendo la belleza del arte con la verdad de la ciencia y el potencial de la ingeniería. Su vida, narrada a través de esta línea de tiempo, sigue siendo una inspiración para la creatividad, la curiosidad y la búsqueda de la excelencia en todos los campos del conocimiento. Su «Índice de Obras y Estudios», incluso en esta selección, apenas rasguña la superficie de una vida extraordinariamente rica y productiva. /span>